Como miembro activo de Menudas Bodegas, me complace enormemente que nuestra asociación haya sido galardonada con el premio ‘Rioja Rural Km0’ de Rioja2. Este premio, otorgado a un grupo de viticultores pequeños y apasionados de la DOCa Rioja, resalta la importancia de lo diminuto, lo artesanal, y la conexión directa con el terruño. Menudas Bodegas es mucho más que una agrupación de bodegas; es un reflejo de cómo el vino puede ser una forma de preservar nuestro patrimonio histórico, nuestra cultura vitícola y, a la vez, dar vida a nuestros pueblos.
La singularidad de lo pequeño: Menudas Bodegas de Rioja
Menudas Bodegas comenzó como una pequeña asociación de diez bodegas, y ahora somos once, con planes de seguir creciendo. Cada una de nuestras bodegas elabora menos de 5.000 botellas al año, lo que nos permite centrarnos en la calidad, la singularidad de nuestras producciones y el respeto por los ritmos naturales del viñedo. La cosecha es manual, y trabajamos de manera sostenible con nuestros viñedos, algunos de ellos antiguos, que son una joya que debemos preservar.
Lo que nos une no solo es el amor por el vino, sino también la necesidad de hacer frente a los desafíos que enfrentan los pequeños productores. En Menudas Bodegas, hemos encontrado fuerza en nuestra unión. El haber logrado organizarnos como asociación no solo nos ha permitido compartir recursos y conocimientos, sino también visibilizar el valor de lo pequeño, de lo artesanal. Cada uno de nosotros es un microproductor, pero al estar juntos, nuestras voces tienen mayor impacto.
Preservando el patrimonio histórico y vitícola de Rioja
Además de elaborar vinos de alta calidad, en Menudas Bodegas estamos profundamente comprometidos con la conservación del patrimonio histórico de nuestras bodegas. Muchas de nuestras bodegas están ubicadas en edificaciones antiguas, algunas con calados tradicionales, que estamos restaurando y manteniendo vivos. Este trabajo no solo ayuda a conservar la arquitectura de nuestros pueblos, sino que también contribuye al enoturismo, ya que muchos visitantes vienen a conocer nuestras historias y nuestras bodegas en los pequeños pueblos de Rioja, y descubren auténticos tesoros.

Mi compromiso con la tradición local: Maturana Tinta y Blanca
En mi bodeguita, ubicada en Navarrete, elaboro vinos utilizando variedades autóctonas de la región, como la Maturana Tinta y Blanca. La Maturana Blanca, en particular, es una variedad que se encontró en este pueblo en 1989 y que se había cultivado en esta zona desde tiempos antiguos. De hecho, en 1622 ya se mencionaba en escritos como una de las primeras variedades de Rioja. Para mí, es un honor poder trabajar con estas variedades minoritarias y preservarlas para el futuro.
Mis vinos muestran el terruño, o terroir, con un enfoque en la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Utilizo mi pequeña parcela de viña ecológica para crear vinos como Maturana Tinta y Minutero, que reflejan la esencia de Navarrete, un vino que conecta con nuestra historia y nuestra tierra.
El valor del enoturismo en los pequeños pueblos
Uno de los aspectos más gratificantes de ser parte de Menudas Bodegas es que estamos ayudando a fomentar el enoturismo en pueblos tan pequeños como Hervías, Cárdenas, y Cordovín. Estos lugares, que a menudo no están en el radar del turismo tradicional, están comenzando a recibir la atención que merecen. Los visitantes no solo vienen a probar nuestros vinos, sino que también tienen la oportunidad de descubrir el verdadero espíritu de Rioja, más allá de las rutas turísticas tradicionales de Logroño y Haro.
El futuro de Menudas Bodegas
Menudas Bodegas no solo se centra en la producción de vino, sino en crear una comunidad fuerte que apoye a los viticultores pequeños. El trabajo conjunto ha permitido, por ejemplo, compartir barricas y negociar precios para materiales. Pero lo más importante es que, como colectivo, podemos abordar temas que de forma individual serían muy difíciles de resolver, como la burocracia excesiva que afecta a los pequeños productores, que tienen que cumplir los mismos requisitos que las grandes bodegas.
Nos apoyamos mutuamente, y cada vez que nos reunimos, no solo compartimos vino, sino también nuestras dudas y experiencias. Para nosotros, es fundamental que, aunque nuestra producción sea pequeña, nuestras voces se escuchen y nuestra visión del vino sea tenida en cuenta.